No te digo adiós, te doy las gracias
Canela jugaba como
de costumbre en la entrada de la casa de sus protectoras quienes se encontraban
dentro de la casa sin siquiera imaginar lo que iba a ocurrir.
El chillido de unos
cauchos al frenar, un golpe tan fuerte como un estruendo y el aullido de un
perro hicieron salir a varios de los residentes del callejón 0 en el Municipio
El Amparo de San Rafael de Carvajal.
Adriana junto con su
hermana Moira y unas amigas que se encontraban dentro de su casa salieron
apuradas luego de escuchar aquel impacto tan ruidoso, al observar que canela no
se encontraban donde acostumbraba pararse o jugar comenzaron a buscarla con
desesperación, en pijama y descalzas las dos proteccionistas de canela se dirigieron
a la avenida principal en busca de la pequeña.
Al llegar a la avenida se
dieron cuenta que no había rastro de la cachorra, asustada Adriana continuo su
búsqueda y camina un poco más lejos para ver si Canela se encontraba por allí;
mientras que Moira se quedo plantada en la esquina del callejón observando cómo
su hermana buscaba con miedo a la perrita.
Consternadas las chicas
volvieron al callejón para continuar con la búsqueda. El padre de Adriana vive
a unas escazas 6 casas de sus hijas; Al llegar a la entrada de su casa
observaron a canela echada en el medio de la calle cerca de la casa de su
padre, temerosas y desconfiadas ambas corrieron hacia ella gritando su nombre
“CANELA, CANELA” repetían una y otra vez sin obtener alguna respuesta por parte
de la cachorra.
La persona que la atropello
es conocido por todos los vecinos, pues es residente del mismo callejón donde acogían
a la perrita, “venida demasiado rápido” comentaban los vecinos, “no le dio
tiempo de frenar para no llevársela”. tras haberla arrollado el inconsciente
chofer siguió su camino sin mirar siquiera si había quedado con vida o no.
Arrodilladas en la
carretera y con lagrimas en los ojos las chicas le pedían a canela que
despertara, “viví canela, viví mi amor”; “por favor canela despierta”, “yo sabía
que esto iba a pasar por eso quería que te dejaran entrar a la casa” era lo que
se escuchaba; su madre nunca se negó a brindarle ayuda a la cachorra, pero dormía en la entrada de la casa porque canela tenia muchas garrapatas y el veneno no lograban conseguirlo, y en la casa vivia la sobrina de las chias, una bebe de 11 meses.
Los vecinos ya se
encontraban afuera de sus casas observando lo que había ocurrido, la hermana
menor de las chicas Patricia también se unió a ellas, incluso personas que
vieron todo lo que ocurrió con canela estaban allí paradas, observando con
tristeza el dolor que desprendía cada llanto de las jóvenes.
Pasados aproximadamente 40 min, canela fue llevada por sus
proteccionistas a su hogar, donde siempre estaba jugando; allí en ese
rinconcito donde ella amaba dormir, donde día a día esperaba a sus amadas
protectoras, ese era su lugar de descanso.
Sus cuidadoras decidieron darle ese lugar para que durmiera
eternamente, y así poder tenerla siempre presente. Al instante el padre de las
chicas procedió a abrir el huequito para la pequeña canela, para complacerla
por última vez.
Canela dormía en la entrada de la casa, en una esquinita de cemento,
para su sepultura fue partida una parte de cemento. Adriana nunca se separo de
ella en el transcurso de esas dos horas. Acostada en el suelo a un lado de
Canela llorar y conversaba con su querida canelita; “discúlpame mi amor, nunca
quise dejarte sola” se le escuchaba decirle a la pequeña, mientras Moira tenia
la mirada fija en su padre, quien sin descanso terminó la tumba de Canela.
Luego de dos horas de que “chacho”, así le dicen a su padre, y su
hermano Sergio taladraran para derrumbar la acera por fin el lugar estaba listo
para esta eterna luchadora. Los llantos comenzaron de nuevo las 3 muchachas estaban
sentadas alrededor de canela despidiéndose de ella.
Sus caras hinchadas de tanto llorar, Moira lloraba con
gran sentimiento al mismo tiempo que gritaba el nombre de la peludita “CANELA,
CANELA”. Adriana envolvió a canela con la misma sabanita con la que dormía, le
quito su collarcito verde y se lo coloco a un lado. Su hermano levanto a la perra y la llevo al
lugar donde la enterrarían.
Luego de colocarla en el sitio, comenzaron a tapar el
hueco con tierra y las tres chicas observaban con tristeza por última vez a
Canela. La acera fue construida de nuevo por chacho, y las chicas escribieron
el nombre de la cachorra y la fecha de su muerte sobre él.
Mensaje de Moira a Canela:
Canela, así
te pusimos después de unas semanas de tu llegada a este callejón y a nuestras
vidas, te llamamos así por el color canela brillante y suave de tu pelaje, por
tus ojitos luminosos que al verlos reflejaban ternura, bondad, dulzura, aprecio
y amor.
Ese
nombre te quedaba perfecto, respondías a él con tanta emoción que brincabas. Tu
llegada a nuestras vidas nos lleno de alegría, con solo verte éramos felices
porque te veíamos contenta, y radiante lo cual nos alegraba porque ya no existía
en ti esa tristeza que vimos aquella primera vez. A ti canelita te dedicamos
todas estas palabras, a ti que llenaste nuestros corazones de amor, desde el día
de tu muerte hasta hoy te seguimos extrañando; extrañamos llegar a casa y q ya
no esté esa perrita q salía a recibirnos con brincos y mordiscos de amor, no
olvidaremos todas esas cosas hermosas de ti. Te extrañamos y te amamos estés
donde estés. Descansa en paz, Canela ojos de dulce miel y ternura
Mensaje de Adriana a Canela:
Mi Cane… No puedo evitar no suspirar y llorar al escuchar tu nombre, al
recordar cuando te di tu primer plato de comida, después de eso estabas tan
agradecida, de una vez note en tu hermosa mirada confianza y cariño ¿Cómo
olvidarte? Es lo que me pregunto, si cuando te vi por primera vez estabas tan
sola, desamparada, flaca, con tanta sarna, tan maltratada… Pidiendo a gritos
ayuda. Fuiste tan fuerte! Luchamos todos juntos. Aún recuerdo cuando las
personas decían “No van a lograr salvarla” Tu, mi guerrera, le demostraste a
todos que si se podía, eras una perra preciosa, llena de felicidad, de amor,
dulzura, todos quedaron tan sorprendidos con tu cambio, hasta preguntaban si
eras la misma a la que todos los días curaba y curaba, tu, mi Cane, les
demostraste a todos que eras tan pura que fuiste capaz de olvidar todo lo que
te hicieron sufrir para demostrar de nuevo amor, tan puro y maravilloso amor.
Recuerdo cuando te di tu sabanita con la que te enterramos en tu descanso
eterno, yo no quería que pasaras frio pero igual a ti no te gustaba dormir en
ella hasta que te acostumbraste, pero como jugabas con ella, cuando te trataba
de acomodar la camita tú la desordenabas, tan juguetona, yo te miraba, y de una
vez notaba una leve sonrisa, me llenabas de orgullo mi guerrera. Tus
recibimientos eran los mejores, apenas llegaba a la esquina del callejón te
veía correr desde la puerta de la casa hasta donde estaba para recibirme, yo te
daba mi más sincero abrazo, parecía toda una película. Recuerdo cuando te metía
a la casa a escondidas, porque no soportaba verte dormir afuera, te decía que
hicieras silencio y nunca lo hacías, emocionada brincabas y mordías levemente
mis tobillos para que jugara contigo, recuerdo cuando salía en la madrugada y
tú, toda loquita cuando me veías, te revolcabas en el piso, yo consintiéndote a
escondidas te daba un huesito y a dormir. Fuera a donde fuera siempre te tenía
a mi lado, así fuera a la casa del vecino, tú siempre estabas a mi lado,
acompañándome, protegiéndome… Mi Cane, nunca me podre perdonar no haberte
metido 10 min antes a la casa, ahorita, no estuviera escribiendo esto. De algo
si estoy seguro princesa, y es que tú, lograste marcar mi vida como nadie,
siempre te diré a donde voy y te saludare cuando llegue, porque no puedo,
simplemente no puedo pasar así, ignorando donde tú siempre estabas acostadita.
Siempre te recordare mi Canela, como la eterna luchadora que fuiste…
Siempre te recordare mi Canela, como la eterna luchadora que fuiste…




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